Prologo de la historia (Publicado)

Mi nombre es Amanda Wilson, es decir, Amanda James. Desde que tengo memoria he sido llamada “bicho raro”, erróneamente he sido catalogada como una “sociópata” y una “antisocial”, pero la verdad es que no soy más que una dura coraza en la que se esconde una chica más delicada y tierna de lo que quisiera admitir. Tampoco tengo una personalidad oposicionista desafiante, el hecho es que no me gusta que mi voluntad sea doblegada; en palabras de mi heroína Jane Eyre, no soy un ave al que puedan enjaular, tengo voluntad y la ejerceré.
Tuve una infancia quizás un poco distinta a la de la mayoría de los chicos de mi edad, o al menos, de los que conozco. Mi padre fue un hombre rico y poderoso, la clase de hombre que puede manejar a las personas como títeres, pero su necesidad de controlar a otros era solo una forma de compensar el hecho de que no podía controlar su vida. Era un hombre bueno, amable, pero demasiado triste y agobiado por el peso del mundo. El día en que cumplí ocho años, mi padre saltó de la ventana en medio de mi fiesta de cumpleaños, aterrizando estrepitosamente entre los invitados.
No pasaron siquiera seis meses cuando mi voluble madre se caso nuevamente. Jared. Unión que jamás llegué a comprender completamente, pues apenas si sabía que ellos se conocían cuando la boda fue anunciada. Jared ahora tiene derechos como tutor legal hasta que yo cumpla los veintiún años, y quien además, me dio su apellido. Mi madre y su nuevo esposo no tuvieron más hijos, pues ella murió pocos meses después de casarse, en circunstancias que aun me parecen extrañas, pero se le comprobó suicidio por asfixia, es decir, ahorcamiento. Jamás sentí algo parecido al amor por mi madre. Ella siempre fue tan fría conmigo, mi único consuelo era mi padre, un hombre a quien admiraba profundamente, más allá de su tristeza, pero por quien lo único que siento hoy en día es una desagradable sensación de desagrado al descubrir el legado familiar que me ha dejado.
Al cumplir los dieciocho años el primer regalo que recibí fue una caja de color blanco adornada con un lazo rojo. Lo primero que pensé es que sería algún costoso regalo por parte de Jared, quien siempre se ha comportado de la mejor manera en que un padrastro y tutor se puede comportar con su protegida, pero al abrirla encontré una carta de bienvenida con un extraño sello y firmada por mi prima Gin, como directora de La Sociedad de las Mariposas.
Ahora estoy atrapada en lo que parece ser el legado familiar que unió a mi madre (La viuda del director de la sociedad) y a mi padrastro (El nuevo director de la sociedad). Una especie de sociedad clandestina formada hace más de dos siglos con el fin de reunir a las personas con los fetiches sexuales más extravagantes que alguien pueda imaginar. Amos y Esclavos, Dominantes y Sumisas. De pronto me encuentro atrapada en medio de un carnaval de personas que ponen su voluntad en manos de otro para satisfacer sus deseos carnales, mujeres que se doblegan al control de un maestro. Una sociedad que está liderada por mi prima Gin y mi padrastro, Jared. Ahora el hombre a quien creí todo un ejemplo de rectitud resultó ser un desviado sexual, así como lo fue mi madre, lo son mis primas y el temor a que yo también pueda serlo crece cada día más.
¿Debería romper con esta tradición y alejarme o quedarme y probarlo? ¿Qué pasa si descubro que mi carne es tan débil que disfruto entregándome a la sumisión? ¿Qué pasa si descubro que en mi sombra se encuentra una mujer que puede entregar el control?